Edmundo Otoniel

Nació en 1950 en La Libertad, El Salvador. Aunque tuvo que trabajar con su familia como cortador de café a temprana edad, siempre demostró una fuerte pasión por el arte, pasión que aplicaría profesionalmente una vez que se mudó a la capital. Otoniel se considera un autodidacta, lo cual lo impulsó a mejorar sus conocimientos estudiando en países como Costa Rica y Venezuela. De 1985 a 2014 ha participado en más de 100 eventos individuales y colectivos en galerías de arte alrededor del mundo, en toda Centroamérica y países como Estados Unidos, México, Colombia, Taiwán, Alemania e Israel, entre otros. Siendo embajador del arte salvadoreño a nivel mundial, Otoniel recibió un reconocimiento por parte del Gobierno de El Salvador en 2008, siendo nombrado como Artista Salvadoreño Distinguido, en reconocimiento a su destacada trayectoria artística. Edmundo Otoniel, “El pintor del café”, ha optado por hacer su “lucha ecológica por medio del arte”, como él la describe. En sus pinturas retoma elementos precolombinos, animales y plantas que están extintos en diferentes zonas del área centroamericana; con ello pretende hacer un registro histórico, “recordar las cosas que ya se perdieron para motivar a su debido cuidado y no seguir destruyendo el medio ambiente”, ese es el propósito. Sus cuadros tienen una peculiaridad: una “estampilla” postal en la que se observan aves difíciles de encontrar. Sus obras artísticas dan mensajes llenos de metáforas y simbolismo, son un llamado a la consciencia y nuestra responsabilidad con la naturaleza.
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